El humanismo promueve la realización de la persona. Para lograr esto, es necesario que el individuo se conozca en su calidad de sujeto libre, pensante y creador; que sea portador de valores, derechos y deberes; y a la vez, se sienta comprometido con la sociedad, en su realidad actual y en su transformación. Esto lo capacitará para reflexionar, asumir desafíos, dar respuestas ante los problemas que se le presenten, y ser responsable frente a otros sujetos. Toda persona con formación humanística debe reconocer:
Que los logros más apreciados del ser humano son la razón, la sociabilidad, la empatía, la sensibilidad estética, la capacidad lúdica y de soñar.
Que debe comprender que éste es el objetivo de toda ciencia, filosofía y arte, y que, gracias a estas cualidades, puede observar, analizar y construir objetos de estudio, y, sobre todo, discernir los signos de la sociedad y pensamiento actual, que es en donde realiza su labor en interacción con la sociedad.
Que como sujeto tiene calidad de objetivar y conocer el contexto natural y cultural en el que se ubica, pero desde una dimensión temporal, es decir, que valora los logros y las huellas que han dejado las generaciones pasadas, la acción del tiempo en el presente y como instrumento para vislumbrar un futuro. En ese sentido, el ser humano se siente libre para trascender la historia y la tradición, porque al hacerlo se trasciende a sí mismo, construye su propia historia y, de este modo, llega a “ser”.
Que reconoce su compromiso para: integrarse a su mundo y actuar en forma consecuente: Se incorpora al mundo para transformarlo, recrea el pasado para crear el presente y, de esta manera, proponerse utopías. Procede en orden y de conformidad con su propia condición humana, de su relación con los demás, de su criticidad, de su trascendencia y de su conciencia de temporalidad. Comprende que estas acciones lo identifican como una auténtica persona humana.
Que accede al llamado a conocer la verdad y el mundo de los valores; por eso expresa siempre con circunspección lo que siente, percibe, entiende, sabe, y prefiere.
Que el lenguaje es una cualidad exclusivamente humana, que establece una diferencia esencial entre el ser humano y el animal; que el lenguaje es uno de los sistemas de comunicación que, junto con los demás, les sirven a las personas para comunicarse en términos de una cultura total.
Que entre los sistemas de comunicación, además del lenguaje humano, se hallan los gestos, las actitudes, las acciones, los símbolos, entre otros, y que todos forman parte de los diferentes sistemas de comunicación de su realidad circundante, de las disciplinas científicas, filosóficas y artísticas, y, en consecuencia, debe saber apreciarlos e interpretarlos.
Que el ser humano es un ser integral y que, por tanto, su comportamiento objetivo no está separado de su dimensión subjetiva. Por eso comprende que la acción no se desliga de la reflexión, la razón práctica de la razón pura, la conciencia del cuerpo ni la teoría de la práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario